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UN VOLKSWAGEN AZUL EN LA CARRETERA

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A lo lejos, puedo ver una gota de agua desde la hoja de un árbol, y se ha formado un charco al pie del mismo al caer gota tras gota. El sonido se reproduce en mi mente al cerrar los ojos: cómo rueda la gota en la hoja hasta caer, el sonido del viento aguantando la caída libre, el golpe de la gota al caer, y las ondas del agua que se forman. La vida se centra en solamente escuchar esos sonidos, y nada más. Abro los ojos nuevamente, ya es de madrugada, las cortinas abiertas me dejan ver que ya está por amanecer, y al girar en la cama te veo a ti, dormida, sonriendo, tomándome del brazo. Cuando intento acomodarme, y quito el brazo, frunces el ceño, te molestas conmigo aún cuando duermes, y te pregunto que ahora qué hice; pero a ti no te importa, te apoyas más sobre mi brazo, y ya no puedo dormir porque se adormeció mi hombro. Cómo me complicas la vida, mujer. Pero soy un hombre que no se va a dejar controlar, así que me muevo y me acomodo, ya estoy mejor, ya estoy libre, en esta rela

CASUALIDADES

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Ven y háblame de alguna casualidad. - Eres un estúpido. - Tus ojos se pierden en mí, quieren desahogar sus ganas de sentirse engreída, mimada; y me llamas levantando tus brazos, sacudiendo tus pies, mirando desde abajo como si tuvieras tres años, y yo voy. ¿Cómo explico lo que siento al ver tus brazos rodear mi cintura y tu cabeza apoyarse en mi vientre?  Entonces recuerdo aquel día en que te vi por primera vez.  Recuerdo que no tenía dinero para viajar, iba a quedarme en casa mosqueando mi cuerpo, mirando el techo y pensando en lo inútil que es mi vida, hasta que recibo un mensaje de una amiga pidiendo ayuda en el guiado de un viaje, y acepté sin chistar.  Huancaya. La sierra central habría de ser mi centro de desfogue mental, las montañas, la verdosa vista que se confunde con el azul del cielo, las nubes, los ríos, las piedras, los animales, la lluvia, el frío, la fogata, los amigos, y pensar, ¡cómo amo viajar! En medio del río, sobre una piedra, imaginaba mi vid

INVÉNTATE UN FINAL

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Aquel domingo desperté con un único pensamiento en la cabeza:  "Hoy me invento un final". Pensé, Deseo un final sin dramas, sin adioses innecesarios, sin ataques de asma cuando la vea, sin desequilibrios óseos ni borbotones exagerados en las venas, y con el corazón calmado para evitar el manantial de lágrimas que solía provocar su aroma, sus ojos, su cabello desaliñado, y su hermosa piel de mujer.  Así que tomé entre mis manos aquella guitarra dentro de su estuche, y la puse sobre mi hombro. Me miré al espejo, me di cuenta del tiempo que había pasado, |de todo lo que tuve que pasar para llegar hasta ese día que no imaginé, y sonreí orgulloso de todo lo que resistí. ¿Quién lo hubiese hecho mejor que yo?  Pensé, Tenías razón. La vida no es un libro. Tú no eres la niña mala ni yo el niño bueno. Solo él pudo soportar tanto, y yo soy un tonto. Pero contigo, morena, contigo, hasta lo que sé, y no quiero saber más, es que fui yo el que más pensó en ti c

ISABEL

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Es raro cómo uno se deja absorber por el cuerpo de un amor pasional. Va más allá del amor, más allá de la razón; y es curioso entrever el amor y la razón al mismo tiempo, como si tuviera algo que ver lo uno con lo otro. Uno solo piensa, y deja de razonar, en esa persona desde que se mete en tu cabeza. Notas cómo se te acelera el corazón, y de pronto sientes una obsesión por quererla, por tenerla entre tus brazos, amarrar tus piernas con las suyas, por envolver su piel con la tuya. Hasta que llega el punto en que te olvidas casi por completo de ti. Digo, 'casi', porque hay quienes podemos sobrevivir, hay quienes fuimos aprobados por la Selección Natural, hay quienes conservamos nuestro instinto de supervivencia; y es cuando empiezas a pensar en ti, en darte cuenta de lo bajo que, probablemente, estás llegando. Entonces cuando tu razonamiento empieza a prevalecer, a resurgir entre las cenizas, olvidas a fuerza de razón al amor. Te preocupas más por ti, quieres salir de esa cárce

THALIA: seis años atrás.

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De pronto mi mente me lleva a algún punto del tiempo del pasado, quizá en un mundo paralelo al de la realidad, en una tarde apunto de hacerse noche, caminando sobre un suelo de madera lleno de arena de playa, y la brisa fría golpea el rostro de Thalía, que está sentada en un lugar aparte del círculo que habían formado los amigos, mirando el mar con nostalgia, pensando en quién sabe qué cosa, estando junto a nosotros, pero sin estarlo. Nunca me dio la impresión de estar del todo con nosotros. Pero, ¿quién está del todo junto a uno? Siempre pensamos en algo aparte. Parece tener frío.  Habíamos salido todos de la academia, un fin de semana, con nuestras mochilas llenas de cuadernos, y también licor. Jóvenes aún, sin preocupaciones. O quizá todas las preocupaciones. Cuando uno es adolescente, se preocupa por cosas de adolescente, y ya es un mundo entero para nosotros. Pero no le quito la mirada mientras me acerco a ellos. Blas es un amigo 'sano' , no es de evadir las clases

CONVERSACIONES, NOVIEMBRE DE 2014

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09/11/2014  00:11 horas Yo:  Milenka, hola. ¡Ayúdanos! 00:44 horas Milenka:  No mandes nada al celular de ella. Mi mamá lo tiene confiscado. 01:10 horas Yo: Dile esto con bastante precaución, por favor. Le dejaré una carta en el puente UNI, cerca hay un jardincito pequeño, como quien yéndose a tu casa, por donde venden libros. Subiendo hay un montón de plantas enrejadas. Dile que busque en el arbolito, cerca. Esta es una foto que tomé cuando me venía. Dile que la quiero un montón, que el lunes la recoja a las 07:30, después de dejar a tu hermanita al cole y solo si no está tu mamá. Que tenga cuidado. Ahí le explico todo lo que haremos. Si no encuentra la carta, dile que dejaré una copia en la señora Yvonnett y el señor Javier, que lo recoja solo después de la universidad. Y, por favor, Milenka, borra esta conversación ni bien termines de leerlo. Que espere y sea paciente y que se calme, que no conteste y que intente hacer las pases con Alex, que lo haga por noso

SUEÑOS EN LA MONTAÑA

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Me pregunto qué habrá en esa isla. Nunca he ido, y tampoco he visto que haya ido gente. Si tan solo pudiera ir, pero siento algo extraño, siento como si no debiera hacerlo; y que si me acerco a los tipos que alquilan los botes, me van a mirar feo, y se negarían a llevarme. Claro, sé que solo es mi paranoia, mis dramas; pero si arreglo los pensamientos que rondan mi cabeza, sé que quiero ir solo, sin que nadie más lo sepa. El mar está bravo, y sentado en el borde la muralla de La Punta, veo a duras penas por la neblina aquella isla. Si me fuera nadando, creo que me ahogaría. Siento como si todo esto fuera mi vida, mis problemas, y los pensamientos; nada se puede ver más allá de lo que tengo cerca, pues hay situaciones que lo nubla todo a mi alrededor, y por temor, no me atrevo a ir más allá de lo que tengo cerca de mí, donde deseo. ¿Por qué existe el miedo? Las olas rompen sobre las piedras, y las observo. Debería al menos apreciar y amar lo que tengo a mi alcance, entonces. Así que la