ELLA
MIGAJAS DE AMOR Y yo recuerdo que en aquella noche la luna estaba llena y su luz llegaba hasta los lugares más escondidos y menos pensados. Era una noche como cualquiera pero única. Una noche en la que por fin me decidí ir a por el amor. Así que toqué su puerta tres veces y no abrió. Me dije, creo que ya es tarde. Derrotado, di la media vuelta y me dispuse a regresar a mi casa una vez más sin decirle lo mucho que moría por ella. Entonces sentí que caían pequeñas gotas grises, pero no de agua, y pensé, qué es esto. La ropa empezaba a bañarse de una especie de arena brillante y el suelo se encendía a medida que las gotas grises aumentaban sobre ella; miré al cielo y noté algo insólito, y era que la luna iba desmoronándose. No había estrellas, no había nubes, mas había una luna que se perdía y se borraba de la memoria cuanto más te hipnotizabas con aquel aguacero. No pude más que hacer que interpretarlo como una señal: que la noche dejaría de existir si no co...