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Mostrando entradas de mayo, 2016

CUATRO

I Mientras venía en el carro, mirando por la ventana el cielo y las calles de invierno, de pronto me puse a pensar en mí y me dije, ¿te has puesto a pensar en lo mucho que has cambiado? Antes no te preocupabas por cosas de las que te preocupas ahora. No tenías horarios, no tenías rutina. No tenías un sueldo ni eras dueño de tu libertad. Solías pensar que las cosas que necesitabas alguien te las iba a dar, y mírate ahora, todo lo que deseas lo tienes que conseguir con tu esfuerzo. No es que te vea que te estás quejando, ciertamente soy consiente de lo mucho que te esfuerzas y de lo poco, también, que le pones empeño, es decir, eres un carro a medio motor. Sin embargo, sé que la única forma de motivarte, de poner todos esos engranajes en marcha, son las ganas de lograr algo que te propusiste con verdadera convicción, de cumplir las promesas que hiciste de corazón, y el amor verdadero que le tienes a tu familia, a tus amigos, y al amor que un día fue. Aquel amor que un día fue... Ell...

MEMORIA DEL TACTO

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A veces pienso en cuando estábamos juntos, como cuando dijiste que te sentías tan feliz que podrías hasta morir. A veces me pregunto si esos momentos eran justamente aquellos en los que estábamos mucho más juntos que en cualquier momento, mientras hacíamos el amor. Hace mucho que no tengo idea de quién eres, por dónde andas, qué piensas y por qué haces lo que sea que hagas. Recuerdo también que solíamos tener las mentes unidas por algún pensamiento en común que decíamos al mismo tiempo o no decíamos porque uno de nosotros se adelantaba a decirlo. Parecía que de verdad éramos uno. Ya no te recuerdo, ya no tanto, ya menos porque tu rostro, tu sonrisa, tu voz y tu mirada se han ido desvaneciendo en el olvido. Trato de recordarte, lo incentivo a todo momento, pero es como si tu ausencia de verdad estuviera haciendo un buen trabajo. Él único recuerdo claro y perfecto, sin embargo, es el de tu piel. Si bien no recuerdo el color de tus ojos (aunque acabo de caer en la cuenta de que no lo sé ...

UNA CARTA PARA TI

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Me he estado preguntando si hoy esperabas que yo te escribiera. Ya sabes, es el día de la madre, y aunque sea un juego de cuando éramos novios, seguimos jugando a que somos los padres de nuestra hija. Así que, acá me tienes, el padre invisible, el esposo de lejos, el que fue y ya no es; cumpliendo como mínimo esta pequeña acción que revela mi presencia, que me tiene cerca de ti, creyendo que soy y sigo siendo lo que tanto quisiera, el hombre que te ama sin medida. Pero no te quiero hablar de amor, porque de alguna forma ya no es lo mismo de antes. ¿Qué fue lo que nos pasó? En fin, ese tema tiene que olvidarse, nuestras vidas se separaron, y solo espero que se cumplan esos tres años que tanto insistieron tus padres. Tal vez lo recuerdo tanto solo porque es mi única excusa para atreverme a enfrentarlos otra vez. Este cumpleaños será el segundo año, o sea que el otro año se cumple el tercero, ¿Cómo será? ¿Aún nos recordaremos con nostalgia? ¿Al menos hay una sola esperanza? ¿Podríamos vo...