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Mostrando entradas de septiembre, 2016

DESAHOGO

Caminaba mirando a la gente por la plaza de armas de esta terrible ciudad. Los miraba sin preocupaciones, con los ojos inexpresivos, respirando casi imperceptible, y ladeando la cabeza para mirar los carros y no terminar en una tragedia que aún no deseaba. Veía vendedores de golosinas que se iban al ver a los serenazgo, hombres disfrazados de justicia social, hombres con máscaras de 'es lo correcto', hombres que ocultan su desgraciado rostro, su avergonzado ser, hombres ciegos libres en sus prisiones de órdenes recibidas. Hay personas informales que muy a pesar de su pasado no han podido tener un mejor futuro, y ahora luchan en su presente, con las oportunidades que están al alcance de sus manos, y aquellos hombres que dicen ser el orden social, irrumpen por la fuerza en los débiles esfuerzos de aquellas personas, y que a pesar de su esfuerzo solo les queda mirar impotentes cómo son arrebatadas sus cosas de trabajo, lo único que tienen para poder subsistir. No les importa nada...

MISHA

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Ella se siente una señorita. Le gusta que le den besos por encima de la mano cuando la saludan, pero patea la pelota de puntazo y hace gol. Su cabello es lacio, y eso que no se lo ha planchado; 'eso es para maricas', suele decir. Maldita mujer - hombre, tu rudeza me hace temblar, tu delicadeza me enternece. Recuerdo el día que te presentaste ante mí: 'Buenas tardes, ingeniero, soy la contadora que no cuenta sus uñas, no; ni cuentos baratos llenos de fantasía, no; yo soy la contadora de su triste realidad, el nuevo parásito que se encargará de desentrañarle todo, todito. No se me ponga nervioso, soy directa, muy directa, y bisexual, además. ¿Ya vio ese rico culito de esa chica de vestido rojo? Delicioso, ¿no?'. Quedé perplejo, asustado, tal vez; ¡vaya hombre! Pensé. '¿Puede ayudarme con la silla, ingeniero? ¡Sea caballero! Que seré como soy pero sigo siendo mujer.' ¡Vaya mujer - hombre! Pensé. Háblame de ti, me ordenó, quiero saberlo todo: si eres mañoso, gile...