DESAHOGO
Caminaba mirando a la gente por la plaza de armas de esta terrible ciudad. Los miraba sin preocupaciones, con los ojos inexpresivos, respirando casi imperceptible, y ladeando la cabeza para mirar los carros y no terminar en una tragedia que aún no deseaba. Veía vendedores de golosinas que se iban al ver a los serenazgo, hombres disfrazados de justicia social, hombres con máscaras de 'es lo correcto', hombres que ocultan su desgraciado rostro, su avergonzado ser, hombres ciegos libres en sus prisiones de órdenes recibidas. Hay personas informales que muy a pesar de su pasado no han podido tener un mejor futuro, y ahora luchan en su presente, con las oportunidades que están al alcance de sus manos, y aquellos hombres que dicen ser el orden social, irrumpen por la fuerza en los débiles esfuerzos de aquellas personas, y que a pesar de su esfuerzo solo les queda mirar impotentes cómo son arrebatadas sus cosas de trabajo, lo único que tienen para poder subsistir. No les importa nada...