LÉELO HASTA EL FINAL
Estaba pensando en cómo volver a iniciar una conversación... después de... o sea... después de lo que pasó. Me es difícil pensar en llegar y decir, 'Hey, ¿qué tal? ¿Quieres quedarte con algo más que me pertenezca?'. Es que no lo olvido. Es como si me hubieses robado, y me siento ofendido. Rayos. A veces, los amigos que te conocieron, me preguntan sobre ti, y les digo, 'Ya empiezas con tus huevadas...'. Y lo peor es que lo digo aún a sabiendas de que esa frase me recuerda a ti, no porque solías hacer una que otra huevada como de costumbre, sino porque usabas esa frase conmigo y contigo. Esa cualidad tuya de reírte de todo. Pensar que eso me gustaba de ti. Que me siguieras y yo te siguiera la corriente para todo, jugando todo el tiempo y queriéndonos. Eso. Queriéndonos. Así se empieza siempre. Amor, amor, por todas partes. Tanto que enferma, aburre, jode, al mundo. Pero nos chupaba un huevo, éramos felices. Me esforcé, y sabes de primera mano que lo hacía. Esas noches...