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Mostrando entradas de enero, 2015

El otoño del patriarca

"Semejantes evocaciones de sus fastos de infamia no le torcían la conciencia en las noches del otoño, al contrario, le servían como fábulas ejemplares de lo que había debido ser y no era, sobre todo cuando Manuela Sánchez se esfumó en las sombras del eclipse y él quería sentirse otra vez en la flor de su barbarie para arrancarse la rabia de la burla que le cocinaba las tripas, se acostaba en la hamaca bajo los cascabeles del viento de los tamarindos a pensar en Manuela Sánchez con un rencor que le perturbaba el sueño mientras las fuerzas de la tierra, mar y aire la buscaban sin hallar rastros hasta en los confines ignotos de los desiertos de salitre, dónde carajo te has metido, se preguntaba, dónde carajo te piensas meter que no te alcance mi brazo para que sepas quién es el que manda, el sombrero en el pecho le temblaba con los ímpetus del corazón, se quedaba extasiado de cólera sin hacerle caso a la insistencia de su madre que trataba de averiguar por qué no hablas desde la tar...
Amo el amor. Voy a quedarme hasta acá. Tenemos un largo camino por recorrer, juntos. Yo te esperaré. Sal, camina por otros lugares, conoce nuevas personas, has otros amigos, vive nuevas experiencias, sueña con lo que quieras soñar, ilusiónate con otras ilusiones, experimenta cosas, arriesga cada segundo de tu vida; y si aún así te sientes predestinada a mi, si no me has podido olvidar, si tu vida la has sentido tan sin sentido sin mi, vuelve.  Ahora eres muy joven y yo, quizá joven, también, pero con más ímpetu. Tú no arriesgas, tú no decides, tú no lo intentas, tú no miras adelante sin antes prender la luz: tienes miedo; y todo eso no está mal, no te lo reprocho, pero es que porque eres joven y no fuiste criada como yo lo fui, que no lo logro entender. Yo no quiero migajas de tu amor. Yo no quiero tenerte sin tenerte. Yo no quiero soñar si fuiste realidad. Yo no quiero arriesgarme hasta el último y cuando vuelvo a ver si estás atrás de mi, darme con la sorpresa de que no ...
Lunes, 12/01/2015. Lima, San Martín de Porres. intentando ser yo, otra vez. Hoy, como a las 2 de la tarde, caminaba por las calles de Abancay rumbo a mis clases. De pronto veo mis zapatos sin lustrar y pensé que mi presentación siempre debe ser la mejor en estos casos y que los zapatos sin lustrar diría mucho de mi. Entonces divisé a lo lejos un señor sentado sobre su caja de lustrar zapatos y que por un sol me ofreció dejar más que brillantes y relucientes mi sucios y polvorientos zapatos. Era la primera vez que me sentaba sobre una silla y ponía el zapato sobre ese soporte y alguien, diferente de mi, lustraba mis zapatos, pues mi madre me había dicho una vez que aquél hombre que no se satisface para lustrar sus propios zapatos, no merece ser llamado hombre. Contrariando esto, me hacía llamar hombre aún porque me costó un sol. He dicho.  Volviendo al tema, era tan nuevo en la situación esta que cuando el señor golpeó levemente la suela de mis zapatos, yo dije: ¡Quién! ...
Jueves, 01/01/2015. Lima, San Martín de Porres. 5 minutos Me senté a escribir sobre cosas de la vida pasada. Pensé en la mujer que conocí cuando aún era joven. Para ese entonces empezábamos a conocernos con mucho entusiasmo a pesar de la contrariedad de sus padres. No podía dejar de pensar en ella. Una noche, cuando aún no pensaba en si eso acabaría alguna vez, me dispuse a leer un libro otra vez. La historia era, sino idéntica, bastante parecida. Así que gracias a ese libro empecé a enamorarme de ella.  Cuando fui a ver a sus padres para pedir permiso y salir con ella, estos se negaron. Me prohibieron verla. Sin embargo, no hicimos caso. En toda la semana que seguía no veíamos a escondidas y la pasábamos genial. Eran cerca de las fechas navideñas. Comimos panetón un sábado por la tarde, cerca del lugar donde tomaba su carro para ir a su casa. Nos demoramos disfrutando de no solo estar comiendo, sino también de estar juntos. Recuerdo que una noche salí corriendo de mi ca...