MIRADAS
La cosa es simple. Todo esto es porque te miro. Todo esto es porque me dejas mirarte. Puedo mirarme a través de tus ojos, y en ese reflejo busco mis ojos para poder verte aún más allá. El reflejo de tu reflejo en tus pupilas. Pareces lejana, pero te tengo tan cerca, mirándome. ¿Qué ves cuando me miras? Me gusta cuando conversamos en silencio, cuando detenemos el mundo a nuestro al rededor y somos solo tú y yo, uno frente al otro; y nos comunicamos en ese idioma que tú y yo hemos inventado en nuestro mundo: el idioma de las miradas. ¿Qué ves en mis ojos? No puedo ocultarte nada. De pronto encuentro la forma de decirte lo que estoy sintiendo. De pronto tú me entiendes todo. De pronto empiezo a tomar conciencia de las cosas que pasan. Soy consiente de mi respiración, del latir de mi corazón, de la sangre que fluye por mis venas, del crujido de mis intestinos, del sonido como bisagra de mis articulaciones. Soy consiente del tiempo, del viento en mi rostro, de los sueños...