TANIA
Yo siempre me sentaba delante, en primera fila, no tanto para estudiar como para que digan, oh, miren, se sienta adelante porque es estudioso. En fin, me jacto de tener buena memoria y raras veces olvidaba lo que el profesor enseñaba. Sin embargo, cuando ella llegó al salón, todo el mundo varonil detuvo su coche y abrió paso para permitir que su presencia ingresara en ese tráfico de pasiones que despertaba el fulgor de su rosa. Blanca, ojos claros, cabello castaño, labios rosados, de piernas largas y con un caminar de venada que hacía que los suspiros mismos suspiraran. Y a mi, más que a todos, hizo que me hundiera hasta el fondo de los arrecifes para dibujar en acuarela su rostro hermoso.
No hubo ausencia de algún avezado que intentara marcar su suerte con una mujer como ella, pero precisamente una mujer como ella, con su carácter y su determinación, no importaba cuán buen don Juan te creyeras, el resultado era el mismo: date media vuelta, y adiós. Los que se sentían derrotados y sin esperanza estaban en grupos, yo era de los que no tenían esperanza. Tania Luján Alaya, era su nombre. Para ese tiempo yo era un cojonudo, un fregado, el chistosito de la clase, el amiguero; como también, un buen rival para alguien que quiera decirme que es más que yo en los estudios, y esa persona era justamente ella. Se sentó adelante, de pronto, un día después de los tantos que habían pasado y me miró y me dijo: 'No hagas bulla.' Yo en mi mente pensé, qué carajo, me habló; tanto más sorprendido de que me hablara y no de que me ordenara. Obviamente, una vez superada la crisis, olvidé lo que me ordenó y la clase fue lo mismo que los otros días. Ella me miraba de reojo como quien pensando qué hace este desadaptado acá si ni siquiera viene a estudiar sino a molestar. No, no pensaba con malas palabras, no. Ella era pulcra de lenguaje, incapaz de rebajarse a un nivel tan inferior como los que nos permitimos esas palabrotas, no. Ella era una dama. Pues las cosas continuaron así tantas veces que no solo llegué a pensar de que me odiaba a mi, solamente, sino también al amigo con el cual estaba yo todo el tiempo, Alex. Éramos un par terrible. Hacíamos el plan de preguntar y preguntar y preguntar al profesor que a veces ni terminaba la clase de tanto haberles preguntado y ella claramente se enojaba. Había biblioteca en la tarde en la academia, cuando de pronto llegamos todos en grupo y la vemos sentada, sola, estudiando. Nos sentamos al final y nos pusimos a conversar, el más bullanguero era yo, por supuesto, pero mis amigos no se quedaban atrás. Al rato no más ella giró como el exorcista y dijo: 'Valverde, deja de hacer bulla." Y yo: 'Adelante hay más espacio, si gustas menos bulla, vete allá.' Bajamos la voz a petición de un amigo que dijo que si continuábamos nos botarían, y bueno pues, tuvimos que. Pasó un rato más, cuando ya todos estábamos concentrados, cuando levanto la mirada hacia ella y ella me estaba mirando. Me hizo con la mano, ven. Conversamos. No cambió en nada la relación, pero me resultó interesante que ella se interesara en mi de esa forma. Yo ya había dejado de intentar formas de llamar su atención por cómo me trataba, pero de a partir de ahí empezaron las miradas. Esas que pasan de vez en cuando sin proponérselos y hasta a veces proponiéndonoslo. Para ese tiempo le había agarrado un gusto a la poesía con bastantes ganas y escribí algo parecido a un poema para ella:
"La miro sin que se de cuenta de que la miro.
Y cuando ella se da cuenta, apropósito la miro.
Lo bueno de eso es que no me esquiva ni me ignora,
no me baja la mirada por timidez ni mucho menos porque no le importa que la mire,
si no porque le gusta que le mire,
o yo que sé,
y a mi me fascina mirarla.
De principio a fin.
De fin a principio.
Y aveces ni acabo de verla porque su carita sonrojada
mezclada con aquella sonrisa
que dibujan dos lineas curvas a cada extremo de sus labios
y sus divinos ojitos que de ellos brotan una lucecita de picardía,
tienen una infinita belleza."
En el aniversario de la pre todos fuimos a las olimpiadas. Hubo concursos de baile, campeonatos de voley y fútbol, y este último es el que más me gustó. Iba a participar, pero el árbitro me sacó del partido y perdimos. Me atrevo a decir que perdimos porque me sacaron. En fin, yo estaba con mis amigos pasándola de lo más divertido cuando de pronto la veo a ella, sola, sentada sobre el grás y resolviendo ejercicios de Física, pues el profesor de Física estaba con ella. ¿Quién carajos se pone a resolver ejercicios de Física en un evento como ese? Esta mujer es rara, pensé. Ella me buscaba, yo lo sé. Nos habíamos cruzado un par de veces en todo el día y siempre la veía sola y siempre me buscaba la mirada y yo no quería separarme de mis amigos tan apropósito, no, no lo haría. Dije, ya vengo, voy al baño, y fui en busca de ella. Cuando la encontré, la encontré con una de sus amigas, ella me miró, y creo que pensó lo mismo que yo pensé cuando estaba con mis amigos. Me fui. Al rato me paré a mirar el fútbol, solo ya, y tomé agua del grifo. A lo lejos estaba ella con su amiga y cuando me vio, cruzó todo el lugar para estar conmigo. Lo que no contaba ella es que una pelota pateada en pleno partido le iba a caer en la cabeza y todo el mundo lo vería. Si no me reí fue porque me sorprendió escucharle decir por primera y última vez una palabrota: 'Hijos de puta.' Pasamos el resto de la tarde hasta el final del evento juntos, conversando de cosas que no coincidíamos en opiniones. Recuerdo que en un momento de esas conversaciones me dijo: 'Si no te gusta, vete.' Luego me miró, vaciló y me dijo, 'No te vayas.'
Hace poco, estando en hospital una niña me hizo lo mismo, y me acordé de ti, Tania. Sé que no leerás esto. Quizá nadie lo lea. La cosa es que me siento bien escribiendo y más sobre chicas como tú.
Después de ese 'No te vayas' salimos en grupo, yo con mis amigos y tú conmigo. Mis amigos no lo creían. Tomamos el mismo carro y no porque ella necesitara ir en ese carro, sino porque yo tomaba ese carro. Según ella bajaría en La Alameda de los Descalzos. En el carro conversamos y conversamos y le dije una y otra cosa y era mi venganza a tantas cosas que me había hecho sentir cuando yo intentaba llamar su atención y me despreciaba, lo cual después de mucho tiempo, consideré que no debió de haber sido así. Se bajó en el Rímac y yo continué mi viaje en el mismo carro, no porque no quisiera bajar con ella, porque de verdad quise hacerlo, sino porque tenía que viajar esa misma tarde a Trujillo y no podía quedarme. Ay, Tania, qué rico beso en la mejilla fue el que me diste cuando te despediste. Fue el único y aún siento el rose de la piel de tu rostro sobre el mio.
Algún día te veré, supongo.
Ella debe estár en mi lista de los amigos que perdí.
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| ¡ Si viera su foto acá, seguro que me asesina ! |

Yo la conozco ,es egresada de la FIIS -UNI , es muy simpática y agradable :D
ResponderEliminarcuando ocurrió esa historia?, yo coincidi en cepreuni con ella aproximadamente por los años 2012- 2013, ella ingreso en ese año a la UNI, imagino que la historia fue antes de esa fecha. Nunca le hable por mi timidez, solo una vez cruce mirada con ella, cuando hubo un parcial de CEPRE que se debía dar en la UNI, justo baje del microbus para tomar mi desayuno y ella tambn llegaba caminado de no se donde al mismo carrito emolientero. Esa fue la única vez que cruce mirada con ella. Al terminar de desayunar apareció su enamorado y se fue con el, rompió mi corazón. En fin fue la chica mas bonita (según mis gustos) que vi en mis ciclos en CEPREUNI. Años después la vi nuevamente por las cercanías de la UNI, con algun amigo o pareja, no hubo oportunidad de acercarse.
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