NIÑA MALA

Hasta hace un tiempo me había enamorado de una chica. Ay, Dios, el gozo que me hizo sentir esa mujer me hizo entender por qué los hombres le tenemos miedo a la muerte. Los primeros meses fueron los mejores, como en toda relación joven, supongo. Nos besábamos con pasión, nos abrazábamos con amor, nos amábamos hasta el cansancio y hacíamos el amor hasta perder la conciencia. Ella gozaba. Yo gozaba. El sexo no tenía lugar después de hacer el amor. No fue tan tímida ni yo tan tímido, nos entregamos al cien al deleite de nuestros cuerpos, tantas veces y tan seguidas que hasta peligroso terminó por ser. 

Esa mujer cambió después. Yo cambié junto con ella. Cambiamos los dos al final. Sin embargo yo aún la amo con todo el alma, ella me tiene pena por eso, siente lástima. No es la mujer más feliz del mundo, no lo está. De rato en rato me envía un mensaje diciendo que yo soy su motor, que le doy energía, y hasta me vuelve a ilusionar con un te amo y yo, redondo caigo entre sus garras. 'Niña mala - pienso - me dices que me amas sin siquiera sentirlo, eres mala.'

Creo que lo hace porque quiere sentirse superior. Está tan caída de ánimos que me busca para que le diga, 'oh, amor de mi vida, yo voy a estar siempre para ti, te voy a cuidar de todos tus males, seré tu ángel guardián, seré un triste idiota enamorado de ti, de tu belleza rara'; y lo peor, es que se lo digo, y se lo vuelvo a decir tantas veces como me busca y me rechaza después de hacerlo. Y después de rechazarme me siento devastado. Esa mujer me roba las energías. Ahora sé por qué tiene sentido que me diga eso.

Yo empiezo a estar bien, a sentirme mejor, a mirar el mundo gris y pintarlo con un pincel de humor y optimismo, y después llega ella, me dibuja su mundo con sus penas, sus tristezas y sus enojos, y yo le doy un poco de mi pintura con todo el amor del mundo, o intento hacerlo, ella lo recibe de buena gana, hasta sonríe la hiena esa, y después se va, se va de nuevo con su mundo pintado con mi pintura y cuando la lluvia cae sobre su mundo y quita mi pintura de su cielo, vuelve, y la historia se repite. Lo que más me apena es que lo he hecho varias veces y de verdad siento que quiero pintarle su mundo de mis colores y abrazarla fuerte, besarle en la frente, mirarle a los ojos y decirle, 'tranquila, morena, todo va a estar bien, yo te cuido, yo estoy aquí.' Soy un estúpido, un grandísimo estúpido. 

Como en todas las veces después de que me abandona, después de maldecirla e insultarle tantas veces como he podido, después de ver por la ventana y esperar a que venga, después de darme cuenta de que esta triste realidad no es más que realidad, me he propuesto, otra vez, estudiar, ocupar la mente, pensar cosas tontas y hasta raras para reírme, estar ocupado siempre,  olvidarme de ella por momentos, porque no puedo para siempre y porque sé, que olvidarla no será la solución, al contrario, tengo que recordarla, pensarla, imaginarla hasta que se convierta en eso, mi imaginación, algo que nunca pasó y que siempre estuvo en mi cabeza, hacer de su existencia mi imaginación. Al final será como si nunca la conocí y que fue una simple idea que me hice para pensar que alguien alguna vez me quiso con pasión o que me hubiese gustado que me quisieran de esa forma. Ay, Dios, no sabes cuán feliz fui. 

Así actúa mi sistema de defensa. A veces creo que soy un maníaco. Me deshice de todo lo que era de ella, lo único que falta es de su recuerdo, ya lo lograré de a pocos, estoy seguro. Ojalá y no vuelva a caer en sus garras. La amé de verdad, joder. Me hubiese gustado hacer una historia de amor como la de los libros, como la de El Quijote y Dulcinea, Romeo y Julieta, Florentino Ariza y Fermina Daza, la niña mala y el niño bueno, Dante y Beatrice, Paris y Helena, Tristán e Isolda, Eneas y Dido, y tantas otras parejas que la literatura me ha presentado, solo que esta debía ser nuestra historia, nuestro libro, nuestros nombres que algún día otro loco enamorado mencionaría como ejemplo de amores contrariados pero eternos. Morena, sé que leerás esto, o al menos tengo la ligera esperanza de que lo hagas, después te rías o sientas lástima de mi, pero qué puedes hacer, dime, yo soy así. Eres una estúpida, una triste estúpida, peor que yo. 

Te convertirás en una de los amigos que perdí. O mejor dicho, que nunca existió.
Morena

Comentarios

Entradas populares de este blog

ISABEL

CREO QUE YA TE FUISTE, Y NO ME AVISARÁS

CONVERSACIONES