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Mostrando entradas de marzo, 2016

SE ME OLVIDÓ QUE TE HABÍA OLVIDADO, y te recordé.

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Me había preguntado por qué de pronto te recordé, si ya te había olvidado.  Entonces pensé, ya sé, aquella vez pecamos en semana santa, hicimos el amor por última vez. Y la besé toda, le acaricié el cuerpo, la sentí vibrar, su piel sudaba, y como un grito ahogado de desesperación, escuché dentro de su alma que me amaba, pero que entre los dos no se podría, porque tenía miedo y yo no era paciente. Lo he repetido hasta el cansancio, ¿no es cierto? Eso de que tenías miedo, pero ahora... Ella está bien. He sonreído en silencio, morena, por satisfacción al pensar en ello, de que estás bien. De pronto he pensado en todo lo que vivimos. Ya sé que no fue mucho, tal vez fue poco, si le contaras a alguien todo y le pidieras su opinión, a lo mejor te diga, ¡pero fue solo poco tiempo! Y, bueno, sería como si desmerecieran todo. A uno que otro alumno le he contado sobre ti, ¿sabes? Y me dicen, pero, profesor, ¿cuánto tiempo estuvieron juntos? Yo les dije que un año, no diez meses como en rea...

EL DIARIO DE UN PROFESOR (?): Día X.

Amigo diario, te voy a cambiar el nombre, pero solo hasta conseguir mis tines, o sea que para el mes de abril todavía. Mientras tanto, lo único que me mantiene vivo y con ánimos es mi trabajo de profesor. Digamos que mi felicidad se puede contar del uno al diez. Cuando uso los tines, mi felicidad es de 10, ¡y apunto de reventar!. Ahora que ando de profesor, mi felicidad no es de 10, pero sí de 8, y es un buen promedio aún. ¡Imagínate cuando haga las dos cosas a la vez!  Es muy gratificante tener segundas oportunidades y darte cuenta que en esa segunda oportunidad, estás dando lo mejor de ti. En mi primera oportunidad fracasé como profesor, era desordenado y apático; tal vez se debía por las circunstancias de mi vida para ese entonces. Ahora, en mi segunda oportunidad, me está yendo tan bien, que nunca me imaginé que sería así de hermoso ejercer esta profesión de profesor, aunque yo estudie ingeniería y no tenga título de ninguno de los dos aún. ¡La gran mayoría odia las matemáti...

OJALÁ TUVIERA UN TÍTULO

Hace cinco meses que he superado muchas cosas de golpe, sin mucho rodeo, yendo directo al grano. He tomado el control de mis demonios y ya no dejo que me posean cuando algo malo sucede. Desde que tengo uso de razón, he tratado de buscarle el lado positivo a la vida, por más absurda que fuera, y me reía de las cosas, les restaba importancia, me veía como un despreocupado y simplemente vivía al azar, como improvisando el día a día, pero siempre con una meta en concreto. Es decir, si tenía que llegar a determinado lugar en un determinado tiempo, no importaba qué camino tomara ni cuán dificultoso sería, no medía los peligros y me lanzaba al rodeo, pero siempre cumplía con mis objetivos. Hace cinco meses que llevo esta cuenta, hace cinco meses que controlo estos demonios en mi mente, todos, hasta los peores, y simplemente soy yo. Sigo teniendo metas, sigo lanzándome a la arena de batalla, improviso, y si encuentro problemas, ya no los rodeo y los evito o paso por encima de todo con tal de ...

PROFESORA ÁMBAR

¡Frustración, frustración! Quiero escribir, pero no sé cómo empezar. Es como si tuviera algo cruzado en mi mente y haya magnetizado todos mis sentidos volviéndolos estáticos a la espera de un estímulo. Tal vez un color pueda ocasionar el cataclismo de ideas y provoque lo siniestro, lo inexplicable, lo irracional. ¿El rojo? Eso es peligroso, pero al mismo tiempo sé que es el color que ella prefiere. ¿El verde? Ese es mi color, me dice que soy libre, que ha pasado el peligro. ¿Tal vez el ámbar? Ella es ese color, el puente que une los extremos de la calma y la perturbación. El ámbar altera la normalidad de mis días, y eso me agrada. La primera tarde que pasamos juntos, la invité a comer. Supe sus preferencias en la comida: es vegetariana, pero come pescado. Entonces supe que iba a tener problemas con esa mujer, y era que me iba a gustar demasiado. Aún recuerdo cuándo fue la última vez que la vi reír, y eso fue ayer, a las 8 y 24 de la noche, en el paradero Fundición de la Avenid...

EL DIARIO DE UN PATINADOR: Día IX

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Amigo diario, tengo que contarte una historia. Al inicio de aquella hermosa relación, una que empezó, recuerdo, el mes de octubre; yo me entusiasmé mucho con la idea de tener por fin con quien compartir mis días. Nos conocimos de puro capricho del destino, sin planearlo ni el uno ni el otro: solamente se dio. Comenzó todo muy emocionante. Empezamos juntos a descubrirnos mutuamente, conocernos y explorar nuestras vidas apartes hasta antes de conocernos, y planeando juntos mil y un aventuras en un futuro compartido. Por su parte, pensó que podríamos conocer distintos lugares, viajar, explorar: un espíritu aventurero. Por mi parte, yo solo escuchaba sus aspiraciones con el corazón, anhelaba poder hacer todo aquello realidad, y por supuesto que yo sería su guía: el fiel vigilante de su vida. Los primeros días juntos nos encaminamos a dar los primeros pasos de una relación que habría de ser la primera para mí y la más significativa, para ambos; y me atreví a caerme y levantarme con el ...