¿LA ÚLTIMA DEL AÑO?

Uno vive de los recuerdos porque es lo único que le queda después del final. Me atrevería a decir que incluso recordamos después de muertos. Si hay algo que de verdad debemos perder es eso, el recuerdo. El recuerdo hace que uno extrañe de lo bueno hasta lo malo, y desde lo malo hasta lo bueno; damos un sin fin de vueltas y vueltas, hacemos un círculo cada vez más enorme. Para olvidar se hace ejercicio, es la forma en que uno despeja la mente. Ve al gimnasio, juega fútbol, maneja bicicleta, patina, o corre. No recuerdo dónde lo leí, pero era algo como: 'correr no me lleva a ningún lugar'. Si das vueltas, obviamente no llegarás a ninguna parte. No tengo ni la más remota idea de por qué escribo esto, pero, en fin...

Había pensado en quererla, atreverme un poco, revelarme contra mi suerte y sentarme frente a ella, hacerle reír, mirar sus brackets, empujarla de espaldas sobre la cama, y entre molestarnos y jugar a tocarnos, le diría, 'sé mi chica, gatita'. 

Qué bueno que solo lo pensé. 

Ya no la he vuelto a ver desde la última vez que conversamos, nos hemos divorciado de verdad. Supongo que por algo era la sombría tarde en ese entonces, las que ya me parecían sonrisas fingidas, como con la mente en otra parte, y el desesperado beso que me dio al despedirse. Por un momento pensé, esto ya lo viví antes; y, pues, sí lo había vivido antes, y esa vez estaba repitiendo el plato. No sabe para nada delicioso el aperitivo cuando al final te das cuenta que no era lo que te hicieron creer.

Tengo hambre.

Por eso te he recordado, porque tengo hambre. Tener la seguridad de que tal día vería a Misha era sinónimo de comida, y la adoraba. De seguro ya no le divertirá saber que escribo para ella... ¿O tal ves sí? Era un juego para ella cada línea que escribía dedicado e inspirado en ella, en sus brackets, en su cuerpo, en su forma de ser, en sus tics nerviosos, en sus senos... Le gustaba decirme 'casi poeta', no me aceptaba como tal. La extraño. Mi estómago en especial, mis lombrices para ser más específico. ¿Y si le hago otro poema y ella lo lee, volverá? Estoy a punto de irme, y me gustaría que al menos ella se despidiera de mí. ¿Un beso quizá? ¿Un abrazo? Me conformo con que me tome del brazo y comamos un helado, si quiere me puede golpear las costillas, pero no sin antes recibir su cocacho. Cuando hacía o decía algo malo y yo me molestaba, me hacía sentarme, ella se ponía a mi lado, yo miraba a otra parte menos a ella, ella ponía su cabeza en mi hombro y lo movía de abajo a arriba, me decía, dame un cocacho, y la primera vez que me lo propuso me hizo reír no saben cómo, y en vez de darle un cocacho le di un beso en donde habría de darle el golpe, y luego un beso en la mejilla, y luego la tomé por la cintura y la cargué sobre mí, echó la cabeza hacia atrás para poder morderle el cuello, le atraje fuerte hacia mí, y rugimos juntos para poder detenernos. Era nuestra forma de querernos en público, aunque siempre nos fijábamos en si había alguien al rededor, podría decirse que era nuestro pudor en acción. No recuerdo cómo fue que pasamos de amigos que conversaban y tomaban un café en el centro de Lima, a tocarnos, besarnos...

Debí haberte dicho que te quería.

Lo único que me importa es que estés mejor de lo que te encontré, en algo debí haber ayudado, y bueno, si no te dije nada antes fue porque no te conocía tanto como para iniciar algo, y de pronto llegas un día y me dices, 'tengo enamorado', contenta, feliz, como si hubieses ganado una estrellita de niña buena en el nido; luego dijiste, pero no te preocupes, tú serás mi amante, casi poeta, ¿si no luego quién le hace poemas a mis tetas? No te pregunté por él, me daba lo mismo. Creo que fue cuando empecé a pensar en ella, porque te juro tú eras mi centro de atención hasta ese entonces. ¡Y pensar que estuvimos juntos en un cuarto de hotel! Aún me sigo preguntando si debí haberlo hecho de todas formas... Esa noche me diste las gracias por decírtelo, pero después no volviste a hablarme en unos días, te habías molestado. Ya sé cuando algo te molesta. 

Llámame, déjame un mensaje, algo...

Irme... Cuando algo no me gustaba, siempre lo dejaba de lado y me iba, no quería discutir, no quería dar ninguna explicación, no buscaba ningún tipo de compromiso... Siempre así fue mi manera de ser, no me trates de comprender. A veces creo que todos quieren hacerme daño, principalmente ella, y hasta tú. No hay nada que se pueda hacer, necesito encontrar mi mundo. Soy un poco paranoico, lo siento. Necesito un poco de libertad. 

De todas formas ya no nos veremos más, este lunes me voy, desapareceré, necesito alejarme, siento que el otro recuerdo me sigue asfixiando, quiero que ese recuerdo me deje en paz. 

Feliz navidad, y feliz cumpleaños a mí, y por favor acuérdate de mí a las tres de la mañana del veinticinco de este mes, fue la hora en que, dice mi madre, nací. Me alegrará en medio de la selva. 

Te quiero, otra vez, Deisy.

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