CONVERSACIONES: AMOR

Aunque hayamos decidido separarnos por circunstancias de la vida, Mi táctica es quedarme en su recuerdo, no sé cómo ni con qué pretexto, pero quedarme en ella. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni con qué pretexto, por fin me necesite.

- Aunque no te guste, eso no es saludable.

Déjame un toque te respondo eso citando un párrafo de una vieja novela:
".. Se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera. Prescribió infusiones de flores de tilo para entretener los nervios y sugirió un cambio de aires para buscar el consuelo en la distancia, pero lo que anhelaba Florentino Ariza era todo lo contrario: gozar de su martirio."

-Cómo contestar eso... Uuumm, de manera razonable todavía no lo veo.

Te doy tiempo.

- Debo agradecer el plazo. 
¿Cómo sabes que ella te ama?

Esa no es una respuesta. Y si la fuere, es muy cruel. Pero tengo que contestarla y tengo la respuesta: no sé si me ama, francamente no estoy seguro. Más le voy a que no me ama que a cualquier otra cosa, pero... No me importa, Yo sí estoy enamorado de ella. Y mientras siga con este sentimiento, nada cambiará. Aunque la odie y no quiera verla más, siempre vuelvo a estirar el cuello para verla pasar y saber que está bien...

- Esa no era mi intención, lo siento. No era mi respuesta, era una pregunta punto a parte, pero veo que no fue una buena pregunta.

... Solo quiero ver que esté bien. Que coma a sus horas, que llegue a casa a tiempo, que no le hagan daño, que ría cuando quiera; yo la vigilo desde lejos. Es como mi hija. Yo la cuido. Esa es mi chamba.

-¿Te gustaría casarte con ella?

No creo en el casamiento de la iglesia, pero si eso significa estar juntos hasta la muerte, sí. Me gustaría pasarme la vida entera a su lado. Ya me puse sentimental, y me gusta.

- Ok, no estoy ayudando.

Gozo de este martirio. Sigue, sigue, o me pondré a leer Cien años de soledad. Ya llegué a la parte que más me gusta, la parte esa en que Aureliano Segundo con Petra Cotes son el uno para el otro sin rencores ni orgullos. Solo amor.

- Ah, ya, si recuerdo. Pero mi pregunta iba a que si dos personas deciden estar juntas, se aman, ya no son dos sino como uno solo. Por eso es que el hombre ama a la mujer como se ama a sí mismo. Y mi pregunta era algo así: ¿tú te amas?

Con todo el alma...

- ¿Cómo te demuestras amor?

... No dudo ni un segundo en decir con la mano en el pecho que me amo. Esa pregunta es interesante. Creo que si no das una buena respuesta puede ser un arma de doble filo. Me demuestro amor dejándome sentir como realmente me siento, dejándome ser libre a mí mismo. No creo que dejando de estar mal a propósito es amor propio, pues es como si te estuvieras atando a un sistema que te dice "tienes que estar bien siempre contigo mismo, sufriendo por cosas tan tontas por una mujer que no te ama no es amarte a ti mismo". La mayoría de las personas han sido amaestradas bajo ese criterio y creen que es una buena forma de vivir, aunque no la mejor. No eres tú en su totalidad. Sentir y pensar libremente sin ataduras es vivir bien amándose como tal. En realidad yo sufro con este amor y no quiero sentirlo a veces, pero a veces sí lo quiero sentir y soy feliz con este sufrimiento. Amo y sigo amando como nadie amará jamás porque se atoran en un dicho u otro que no es suyo, no es su idea. La forma de amarme y demostrármelo no tiene mérito razonable a favor, pero así son los sentimientos, las pasiones, las verdaderas pasiones. Así que en resumen, me demuestro amor dejándome sentir a plenitud.

- Eres libre para ti. Buscas estar así. Explícame, ¿cómo lo sientes?

No es que yo lo busque. Ellos me encuentran sin buscarlos. Yo los busco sin encontrarlos. Y en ciertos momentos estamos perdidos en los vericuetos de la incertidumbre. ¿Cómo lo siento? Simplemente pongo el sentimiento en algo superior, en mi opinión, que el corazón o la mente: lo pongo en el alma. Eso quiere decir que yo a Jhoselin no la amo con la mente o con el corzaón, sino POR el alma. Por hábito del alma mismo la quiero.

- ¿La conoces de verdad?

Mi alma la ha cortado a su medida. ¿Conocerla de verdad? ¿Alguna vez una persona puede decir con certeza conocerse a sí mismo? Si nadie ha logrado eso es imposible hacerlo con otra persona. Sé cosas de ella, pero no es porque me las haya dicho...

- No me refiero a "totalmente"...

... Sino porque he aprendido.

- ... Me refiero a que eso que conoces es cierto.

Conocerla de verdad no lo sé. Pero ya aprendí a conocerla, y en la mayoría de las veces sé cómo se siente. ¿Eso cuenta? Inclusive, podría decirte ahora mismo cómo se siente ella con tan solo imaginarla.

- Lo último es novela, creo. No has visto su expresión.

No lo sé, lo pensé ahora.

- Tal vez ni ella sepa cómo se siente.

Claro, tal vez no, y yo puedo identificar eso en ella. Con su forma de hablar, de mirar, de escuchar, de cómo se para o camina, de cómo finge reírse, de las muecas que hace, de su respiración...

- Verdad que eres observador, ya recordé eso.

Si tan solo pudiera leer su mente entonces ya lo sabría todo de ella.

- "Si tan solo pudiera leer la mente..."

¡Cuántas veces la humanidad habrá repetido esa frase!

-Jajajaja, demasiadas para contarlas.

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Ciertamente estoy convencido que sé cosas de ella. Podría proponer teorías acerca de ella, explicar experimentos concretos para predecir algún movimiento, simular una situación para pretender entenderla, escribir un manual titulado "Manual para entender a esa vieja hermosa". Me he vuelto un profesional en este curso de amor por ella.

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