De YO para TÚ.
¿Sabes? Tengo la ligera sensación de que aún me espías, o esa idea la llevo en la mente para hacerme sentir mejor, es por eso que te escribo estas líneas que son tuyas, como las tantas otras que he escrito, y tengo el deseo de que llegue hasta ti, pero con la secreta esperanza de que no lo hagan.
Esta historia fue pensada hasta ahora por ti, pues has sido la protagonista que dictaba el guión según los impulsos de tu corazón y yo, bueno, yo soy el que te escribe. Tanto tú como yo nos necesitamos, pues tú eres la historia que escribir y yo el escritor quien escribe tu historia.
En mi última carta, la que no te pude entregar, te escribía muchas cosas que podríamos haber hecho para seguir juntos. Entiendo que estés molesta. Claro, es lo más obvio, te lo dije: "Puede que sea un idiota, pero también soy un tonto, y le tengo que sacar provecho."
¿Alguna vez has hecho algo que no era necesario hacerlo porque el resultado iba a ser el mismo? Te explico: muchas veces te he pedido hablar con tus papás. ¿Todavía no lo entiendes? Bueno, acá va. Te negabas, y era razonable, tenías miedo. ¡A mí también me asustaba! La primera vez cuando fui no sabes las ganas que me daban de hacer pichi, y ya sabes lo meón que soy (cada vez que te iba a ver quería orinar: era el efecto Jhoselin). ¡Peor la segunda vez! Si tanto te insistía era porque solo quería que me dijeras que sí. No planeaba hacerlo, a decir verdad, cuando te decía que tus padres no podrían hacerme nada, era mentira, podían joderme muy, pero muy bien si lo deseaban y créeme que lo sabía. Yo solo quería que me dijeras que sí, que me apoyabas, que estarías conmigo, que aquello que me decías, eso de "siempre juntos", como en el inicio de la relación, fuera realidad. Ya viste que no fue así, y pensé en que tal vez debería presionarte. ¿Alguna vez te ha sucedido que cuando estás dando un examen que no sabes nada de nada, y entonces el profesor dice "cinco minutos para que acabe" y tú, mágicamente, empiezas a llenar todo el examen bien o mal pero lo terminas? La dichosa "sabiduría de los 5 minutos" ocasionada por el suspenso, la adrenalina, el temor de perder la oportunidad... Bueno, algo parecido intenté, pero ya vez, otra vez, que no funcionó. Tenías que decir que sí, nada más... Si crees que te presioné en la relación, que no podía soportar estar tan lejos de ti, que no podía llevar una relación por línea, viéndonos poco, y todo eso era lo que te reclamaba, ¡já! Caíste redondito. Ya vivía sin verte, ya me moría por no poder olerte, me desesperaba en la desesperación desesperada de verte; y seguía amándote desmedidamente. Soy un tipo inteligente, te cuento, y yo eché a andar mi maléfico plan desde el día en que me mensajeaste al celular, el día en que dije "whaaaaaaaaaat?!" porque creí que mi conjuro se hizo realidad. Te dije que esperaras, que te avisaría; y no te volví a mensajear hasta que lo volviste a hacer, y era exactamente lo que quería. "Entonces sí me quiere, al menos un poquito.", pensé. Entonces empecé a hacer que mejorara la relación, que dejaras de tratarme mal, que empezaras a quererme un poco mejor de lo que lo hacías, respetándonos, honrándonos, amándonos y todos los "donos"; criando mejor a nuestra hermosa hija, apoyarnos el uno al otro, volviendo a ser uno. Solo faltaba que estuvieras dispuesta a romper reglas por mí, a salirte un poco de tu familia para poder encaminar nuestra relación y crear una familia. Amor mío, yo me moría por ti y no sabes hasta dónde volaba mi imaginación contigo. Pero no te iba a sacar por completo, eso toma mucho tiempo, es todo un proceso; solo quería que me dijeras que sí y todo iba a mejorar, ibas a mejorar, a madurar, a saber tomar una decisión (¿o tal vez sí sabes decidir y es por eso que pasó todo esto?) y no a elegir, porque, morena, un amor no se elige, no se dice "ah, esta es la mejor opción". Cuando me escribiste aquello último, confirmé mi sospecha de que solo fui una opción y no un amor, pero antes de eso pensé también que el contexto podría ser otro, sin embargo lo que continuaba me seguía diciendo lo mismo y bueno, aproveché lo tonto que soy y di el zarpazo final, para terminar en la conclusión de que seguías siendo tan inmadura como lo fuiste hasta entonces, aunque feliz porque sé que eres inteligente y aprendiste algo de mí, ojalá que sí lo hayas hecho. Lo de "Tú te lo pierdes" no fue soberbia, no fue arrogancia ni orgullo; solo estaba dentro del plan.Ya lo sabes, morena, yo lo pienso, tú lo ejecutas... Y todo lo ejecutaste muy bien.
Cuando te pedí que leyeras "El amor en los tiempos del cólera", no te pedí solo que lo leyeras, sino para que lo vivieras; pero tu loca forma de pensar que los libros no se viven como yo las vivo demuestra que estamos en otros mundos: tú en uno que quiere vivir en una realidad sistemática y yo en una que sueña imposibles. No te acordaste de esto:
"Contéstale que sí -le dijo- Aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no.”
Eres una excelente mujer, te amo por eso, eres lo mejor que me ha pasado en mi corta y escurridiza vida, y he aprendido un montón contigo: ya aprendí que tengo que saber perder, que no siempre tengo la razón, y que puede que me equivoque ahora con todo lo que haya hecho, "ponerte a prueba", pero no lo creo tanto, pues... no sé... tal vez sea lo mejor, aunque duela. Yo quiero estar contigo, pero no es solo cosa mía.
La vida no viene fácil, tienes que tomar decisiones, pero antes de eso debes evaluarlas y elegir. El amor no es la vida, pero da vida.
Te felicito por tus 18 años.
TE AMO, morena.
Atentamente: YO.
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