EL ADIÓS DE JHAZMÍN
Hola, José, ¿cómo estás? Espero que bien. Si tienes esto en tus manos es porque ya te dije lo peor, ya hicimos el amor y ahora solo queda esto. No tienes idea de cuán feliz he sido mientras estuve aquí contigo, pero como sabes, soy profesora de un lindo nido en Arequipa y tengo que enseñar los talleres de verano. Mis niños lo son todo. Tú también lo eres todo. Yo fui tu medicina, me satisface mucho que haya podido ayudarte y me alegra que no hayas olvidado ese detalle, de mencionarlo siempre. Me gustas mucho porque eres un chico muy tierno, detalloso y caballero. Me sorprendías siempre con cualquier cosa tuya que hacías, decías y pensabas. Soy de muy pocos amigos y me pierdo en los libros siempre, me desconecto del mundo, tú más que nadie debes de saber esa sensación; pero te juro que me hacías volver a la realidad, una realidad en la que estaba contigo a mi lado. Tu risa, tu voz y tus manos tocándome el cuerpo cuando menos lo esperaba. Me encantan los helados y los chocolates, y tú siempre me invitabas un helado y me traías un chocolate cuando salíamos juntos, no llegabas con las manos vacías. Cuando mi papá te pidió que te presentaras, fue la primera vez que te vi serio, me sorprendiste. Me dijo que le caíste bien, y que qué bueno que seas hincha de la U. Le conté un poco sobre ti y entonces fue cuando te dije para que vinieras a almorzar con nosotros. ¿Te cuento un secreto? Ellos nunca me dejaron tener un enamorado, pero cuando les dije que estudiabas ingeniería como que te aceptaron, entonces recordé lo que a cada rato me dices: 'Los ingenieros somos muy cool', y me reí en mi cuarto. Conocerte fue lo mejor desde que vine a Lima. Vine por unos asuntos de familia, cosa que ya te conté, y como había pedido permiso antes en el jardín, tengo que ir en verano, fue parte del trato. No pienses que lo hago por gusto, ya te conozco y sé que eres algo paranoico como yo, como cuando le tengo miedo a los puentes, o más bien, a las alturas. Sufro de vértigo, vértigo de la ciudad también, me hostiga Lima, y tú hiciste mi estadía mucho más interesante. Eres increíblemente aburrido como yo, y muy lindo y sexy y siempre aprendo algo contigo, cualquier cosa, de todo tipo. Es como si lo supieras todo. Eso me hace recordar cuando te acercaste a hablarme y en una de esas me dijiste: 'Cuéntame tus problemas, yo lo sé todo'. Me dio mucha risa, y me caíste bien. Aún te recuerdo ahí, sentado sobre la mesa, leyendo ese libro de Mary Shelley, Frankenstein. Te voy a regalar mi libro, y un polo de Leuzemia. Ya vendré para que me invites a algún concierto, quiero ver a mi futuro novio, Daniel F., es tan lindo. De haber sabido lo de VIVO X EL ROCK hubiese ido, eso es lo malo de no ver televisión ni usar mucho el internet ni leer otra cosa que no sean libros novelescas, filosóficas y psicológicas. Lo bonito de cantar contigo en el carro o cuando caminábamos es que te veía reír, José, y creo que eso es lo mejor. Muy aparte de las cosas que me haces sentir, también es importante la forma en que te hago sentir, ¿no crees? Me pregunto qué pensabas esos momentos... eres un misterio. Sin embargo, yo cuando estaba contigo, cuando me tomabas de la mano, era como si me sintiera segura de todo, que nada nos va a pasar; cuando me tomabas de la mano y me decías, 'levanta la mirada, ponte a mi lado, sonríe, estás caminando conmigo, somos dueños del mundo'. Me enamoraste por completo allí, José, y yo me lo grabé. José, creo que estoy enamorada de ti, ¡y no sé qué hacer! Otra cosa, a pesar que leo mucho, no me gustaban los poemas, o tal vez será porque nadie me había recitado uno, pero cuando lo hiciste tú, así, al oído como esa vez en esa calle que no recuerdo cómo se llama, se me erizó la piel, me dieron unas ganas terribles de hacerte el amor ahí, tu voz es tan sensual...
Mi papá me había llevado junto con mi mamá, con unos tíos, y mi mamá disfrutó mucho estar en la playa, Punta Negra, a pesar de algunas complicaciones que ha tenido por su enfermedad. Es muy bonita esa playa.Yo me pasé el rato leyendo a Jane Austen, me encanta esa escritora. Te quise llamar para que vinieras y fuéramos todos juntos, pero recordé que tu ciclo en la universidad se había extendido hasta el 24. Voy a extrañar que me beses el cuello y me lleves a comprar helados y seas mi guía turístico y te pierdas en el camino, eres raro; no sé qué haré sin ti. Otra cosa, me has contagiado muchas manías tuyas, ya digo a cada rato 'quesawaa' cuando no sé de qué es algo, o 'ta weno' en vez del 'está bueno', o el 'etoo' cuando quiero decir 'esteeee', también el 'naniiii' en vez del '¡¿qué?!', y tantas cosas más. Eres un loco, por eso me encantas. Me pregunto si pensarás en mí... ¿Cómo hiciste para aprender tanto sobre grupos de rock peruano? Me ha gustado mucho Cuchillazo, tiene canciones hermosas, y ya me aprendí esa canción que te gusta, 'Estoy tranquilo', es bien fresh, un toque perfecto. Es más, estoy escuchándolo ahora. Ya me he descargado casi todas sus canciones. A parte del vicio de leer, también me gusta escuchar música. Me he dado cuenta que solo contigo puedo mencionar el hecho de que leo demasiado, ¿será porque eres el único que me comprende? ¿Qué haré sin ti cuando me vaya? Ojalá no me fuera, es difícil de explicar... mi vida se hizo allá. Mi papá y mi mamá solo vinieron a vivir acá por el tratamiento de mi mamá. Hemos sudado la gota gorda muchas veces. Te cuento un pedazo de mi vida que aún no sabes. Cuando estuve en el colegio estuve con un chico de quinto grado, yo estaba en segundo aún. Era mocosa, y me dejé engañar facilito. Algunas veces no entraba al colegio por estar con él, y me llevó por un lugar peligroso, un lugar que se llama Siete esquinas, y nos asaltaron. A mí me manosearon, me pegaron, y él no hizo nada, no movió ni un dedo, y no sabes el trauma que me dejó. Nunca más lo volví a ver, y nunca más tuve un enamorado como ese. Los pocos que tuve después solo fue para no estar sola, porque me hacía sentir triste estar sola, pero luego me di cuenta que era una tontería, no puedo estar con alguien que no quiero solamente para no estar sola. Fue cuando empecé a leer. Después me enamoré de un chico en la universidad, estuve un tiempo con él, un año y siete meses, y terminamos de lo más fácil. Quizá nos aburrimos, quién sabe, yo era aburrida, leía siempre, y él no sabía cómo sacarme de ese mundo. No me dolió tanto como pensé.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, conejillo. Estuviste medio raro estos días, y por fin me contaste con más detalle lo que te está pasando. ¿Me creerías si te digo que más o menos lo sospechaba de esa manera? Tu forma de mirar, todo melancólico, nostálgico, y las risas de alguien loco que ríe solo. Cuando te vi pensé, este chico algo tiene; y te dije, cuando nos besamos por primera vez, que yo sería tu medicina. Así que Jhoselin, ¿no? Ya leí el blog que me dijiste. Me pasé como tres horas leyendo todo, y sigo leyéndolo. Me gusta tu blog, es muy interesante todo lo que escribes, al menos para mí, de esa forma te puedo descubrir más, me adentro más en tu forma de pensar. Esas tal Claudia, Tania, Thalia, Micaela, Jhoselin y el resto que no recuerdo, ¡cómo las odio! Sí, tengo celos, y cuando estoy celosa quiero destruir cosas, perdona si te llega arrugado este papel. Otra cosa, José, esto es medio raro, pero sé que contigo se puede hablar de todo, me gustas por eso también, pero, es primera vez que siento muchas ganas de hacerlo con alguien. Por favor, yo sé que tú tiendes a escribir casi todo lo que hacemos, y no me molesta en absoluto, me agrada porque es como volver a vivirlo al momento de leerlo; solo que lo que haremos hoy no lo escribas, si no me va a dar vergüenza, porque tengo pensando hacerte tantas cosas que me llevo guardando desde que estuve contigo en tu cuarto, en tu cama, cuando nos quedamos dormidos. Pero te doy permiso para escribir esto, quiero volver a leerlo tantas veces como pueda como ahora que lo hago antes de entregártelo.
Ya me contaste cómo fue tu relación anterior, y en todo este tiempo he estado observándote, y según los libros que he leído, eres el tipo de hombre que no se siente tranquilo si no termina las cosas. ¿Cómo te lo explico? Recuerda ese día cuando jugábamos gato encerrado, o michi como lo llamas tú, siempre me ganabas, y decidí experimentar contigo, y cuando te faltaba poner el último círculo para completar tu línea y ganarme, lo rayé todo y no te dejé hacerlo, y vi tu cara de frustración. El primer síntoma fue ese. Luego un domingo te compré ese periódico El Comercio, ¿recuerdas? Y juntos llenamos el crucigrama, aunque no del todo, porque al final rompí la hoja y pude ver tu cara de frustración otra vez y tu exclamación de ¡¿Por qué haces eso?! ¡Ya estaba terminado! Mi diagnóstico fue que necesitas terminar las cosas para sentirte tranquilo. Ahora, mi niño, seré neutral y te diré lo que pienso: esa chica tiene mucho poder sobre ti, y no es solo porque me lo has dicho, sino porque es capaz de eliminarme por completo con tan solo darse a mostrar en tu vida. Ya lo vivimos, sé de lo que te hablo. Pero tampoco soy tan fácil de ganar, y yo seré callada y medio muerma, pero también me gusta conseguir lo que quiero, y no me iré hasta que seas mío. Hay veces en que puedo ser tan perra como Madamme Bobary. Amo esa novela, léelo. También hay otro libro que quiero que leas, En busca de la felicidad, de Chris Gardner. Hay una película sobre ella, pero no es lo mismo que leer el libro, ¿sabes eso, no? Te va ayudar mucho. Ya te dejé tarea, pichiruchi, cuando vuelva te revisaré. La única vez que me viste molesta fue ese día en que te pegué, tengo un carácter difícil como el tuyo. No creas que no me duele irme y dejarte acá, ojalá pudieras irte conmigo o yo quedarme, pero sabes que no se puede. Mi papá y mi mamá volverán también esta quincena porque el tratamiento de mi mamá ya terminó. Sé que te sentirás bien, tú me hiciste sentir bien y no hay nada que reprocharnos. Si no te conociera te dijera has esto y esto, pero ¡no haces caso! Ya no pienses tanto y continúa el ritmo que has estado llevando antes de conocerme, te ha surgido efecto, y trata de ya no tener contacto con esa chica hasta que de verdad estés mejor, sino retrocederás todo lo que has avanzado. Es como si te volviera a escuchar todo lo que me has dicho y te lo estuviera repitiendo. Nunca nos dijimos un te amo, y nunca me recitaste más de un poema, pero fui muy feliz contigo y yo estoy contenta porque fui tu motivo de risas y felicidad este mes. Ojalá hubieras tenido esa pulsera y fuera para mí, yo sí la cuidaría como se debe. No te diré lo que pienso de ella, porque no me gusta hablar mal de la gente, con eso te digo todo. Solo una cosa más, tienes que decidir, decidir bien, si abandonas ese amor, o si te aferras a él como un tonto idiota que siempre desea lo imposible. No pierdas nunca tu buen humor, no dejes de aprenderte chistes tontos como los que me sueles contar, sigue siendo un niño que todo lo ve como juego, y conviértete en el señor protector y seguro cuando sea necesario. Ya sabes perder, dijiste, pero no es así, quizá en algunas cosas cuando ya es inevitable, pero no siempre. No me gusta la manera tan despreocupada que a veces dices las cosas, como si no fueran la gran cosa, tienes que darte cuenta que para otros puede ser importante algo mientras que para ti no lo sea. Eres muy desordenado y no puede ser que cada vez que llegue a tu cuarto tenga que limpiar tu cocina que es un asco. Me he dado cuenta que tienes más libros que ropa, bueno, en eso no hay nada que decirte. Báñate más seguido, cochino. No te pongas la ropa de cuatro días y te eches perfume, me hiciste reír ese día. Ya te hice comprar dos zapatillas para diferentes momentos, una para salir y otra para jugar partido o hacer deporte. Tienes que participar en ese evento para que tus esperanzas de ir a París sean más altas, pero antes de irte no olvides pasar por Arequipa y visitarme y convencerme de ir contigo. Sé que puedes, tú eres orgulloso y no dejarás que una simple carrera te impida lograr tu meta. Sigue escribiendo, no dejes de hacerlo, vuelve a hacer tus poemas como antes los hacías, me gustan mucho, eres bueno. Yo también quiero ser parte de ese libro que escribirás. José, ya me dio tristeza tener que hacer esto, pero no quiero irme sin dejar las cosas claras, porque si no seré la nueva culpable de dejarte el corazón mal herido. Ya te sané, yo soy tu medicina, y tú decides si volver a abrir esas grietas. Otra cosa, me sorprendió mucho saber que eres voluntario en ese hospital, de verdad que eres único. Qué mal que no tengas una foto tuya para mí, a mí tampoco me gusta tomarme fotos, somos muy feos y enanos. ¡Cómprate una billetera! No puedes estar buscando en todos tus bolsillos de tu ropa para sacar unas monedas. Deja de buscar dinero en los teléfonos como loco. Aunque me den risa, no sabes cómo buscaba un lugar para esconderme cada vez que hacías esas cosas. Te dejo gordito, mi conejillo, come bien. Quisiera decirte tantas cosas más...
Amor mío, mi niño bueno, pichiruchi bandido, mi papá me dice que ya has llegado a recogerme, ya estoy lista para ir contigo, te dejaré esto en medio del libro que leía cuando nos conocimos y al despedirnos, te daré un último beso con amor.
Hay una canción de Daniel F., Si alguna vez vuelvo a verte. Ya la has escuchado conmigo y cantado.
Ya me contaste cómo fue tu relación anterior, y en todo este tiempo he estado observándote, y según los libros que he leído, eres el tipo de hombre que no se siente tranquilo si no termina las cosas. ¿Cómo te lo explico? Recuerda ese día cuando jugábamos gato encerrado, o michi como lo llamas tú, siempre me ganabas, y decidí experimentar contigo, y cuando te faltaba poner el último círculo para completar tu línea y ganarme, lo rayé todo y no te dejé hacerlo, y vi tu cara de frustración. El primer síntoma fue ese. Luego un domingo te compré ese periódico El Comercio, ¿recuerdas? Y juntos llenamos el crucigrama, aunque no del todo, porque al final rompí la hoja y pude ver tu cara de frustración otra vez y tu exclamación de ¡¿Por qué haces eso?! ¡Ya estaba terminado! Mi diagnóstico fue que necesitas terminar las cosas para sentirte tranquilo. Ahora, mi niño, seré neutral y te diré lo que pienso: esa chica tiene mucho poder sobre ti, y no es solo porque me lo has dicho, sino porque es capaz de eliminarme por completo con tan solo darse a mostrar en tu vida. Ya lo vivimos, sé de lo que te hablo. Pero tampoco soy tan fácil de ganar, y yo seré callada y medio muerma, pero también me gusta conseguir lo que quiero, y no me iré hasta que seas mío. Hay veces en que puedo ser tan perra como Madamme Bobary. Amo esa novela, léelo. También hay otro libro que quiero que leas, En busca de la felicidad, de Chris Gardner. Hay una película sobre ella, pero no es lo mismo que leer el libro, ¿sabes eso, no? Te va ayudar mucho. Ya te dejé tarea, pichiruchi, cuando vuelva te revisaré. La única vez que me viste molesta fue ese día en que te pegué, tengo un carácter difícil como el tuyo. No creas que no me duele irme y dejarte acá, ojalá pudieras irte conmigo o yo quedarme, pero sabes que no se puede. Mi papá y mi mamá volverán también esta quincena porque el tratamiento de mi mamá ya terminó. Sé que te sentirás bien, tú me hiciste sentir bien y no hay nada que reprocharnos. Si no te conociera te dijera has esto y esto, pero ¡no haces caso! Ya no pienses tanto y continúa el ritmo que has estado llevando antes de conocerme, te ha surgido efecto, y trata de ya no tener contacto con esa chica hasta que de verdad estés mejor, sino retrocederás todo lo que has avanzado. Es como si te volviera a escuchar todo lo que me has dicho y te lo estuviera repitiendo. Nunca nos dijimos un te amo, y nunca me recitaste más de un poema, pero fui muy feliz contigo y yo estoy contenta porque fui tu motivo de risas y felicidad este mes. Ojalá hubieras tenido esa pulsera y fuera para mí, yo sí la cuidaría como se debe. No te diré lo que pienso de ella, porque no me gusta hablar mal de la gente, con eso te digo todo. Solo una cosa más, tienes que decidir, decidir bien, si abandonas ese amor, o si te aferras a él como un tonto idiota que siempre desea lo imposible. No pierdas nunca tu buen humor, no dejes de aprenderte chistes tontos como los que me sueles contar, sigue siendo un niño que todo lo ve como juego, y conviértete en el señor protector y seguro cuando sea necesario. Ya sabes perder, dijiste, pero no es así, quizá en algunas cosas cuando ya es inevitable, pero no siempre. No me gusta la manera tan despreocupada que a veces dices las cosas, como si no fueran la gran cosa, tienes que darte cuenta que para otros puede ser importante algo mientras que para ti no lo sea. Eres muy desordenado y no puede ser que cada vez que llegue a tu cuarto tenga que limpiar tu cocina que es un asco. Me he dado cuenta que tienes más libros que ropa, bueno, en eso no hay nada que decirte. Báñate más seguido, cochino. No te pongas la ropa de cuatro días y te eches perfume, me hiciste reír ese día. Ya te hice comprar dos zapatillas para diferentes momentos, una para salir y otra para jugar partido o hacer deporte. Tienes que participar en ese evento para que tus esperanzas de ir a París sean más altas, pero antes de irte no olvides pasar por Arequipa y visitarme y convencerme de ir contigo. Sé que puedes, tú eres orgulloso y no dejarás que una simple carrera te impida lograr tu meta. Sigue escribiendo, no dejes de hacerlo, vuelve a hacer tus poemas como antes los hacías, me gustan mucho, eres bueno. Yo también quiero ser parte de ese libro que escribirás. José, ya me dio tristeza tener que hacer esto, pero no quiero irme sin dejar las cosas claras, porque si no seré la nueva culpable de dejarte el corazón mal herido. Ya te sané, yo soy tu medicina, y tú decides si volver a abrir esas grietas. Otra cosa, me sorprendió mucho saber que eres voluntario en ese hospital, de verdad que eres único. Qué mal que no tengas una foto tuya para mí, a mí tampoco me gusta tomarme fotos, somos muy feos y enanos. ¡Cómprate una billetera! No puedes estar buscando en todos tus bolsillos de tu ropa para sacar unas monedas. Deja de buscar dinero en los teléfonos como loco. Aunque me den risa, no sabes cómo buscaba un lugar para esconderme cada vez que hacías esas cosas. Te dejo gordito, mi conejillo, come bien. Quisiera decirte tantas cosas más...
Amor mío, mi niño bueno, pichiruchi bandido, mi papá me dice que ya has llegado a recogerme, ya estoy lista para ir contigo, te dejaré esto en medio del libro que leía cuando nos conocimos y al despedirnos, te daré un último beso con amor.
Hay una canción de Daniel F., Si alguna vez vuelvo a verte. Ya la has escuchado conmigo y cantado.
'Si alguna vez vuelvo a verte que no sea así,
mezclado entre la gente y la risa infeliz,
esa mirada tuya escapó de mi razón,
y hasta ahora aún pienso que no sucedió.
Si alguna vez vuelvo a oírte, que no sea así,
una voz temblorosa, una ficha sin fin.
Tal vez vaya a buscarte como última acción,
o tal vez me despida sin ese tu adiós,
adiós... amor.'
Te amo.
![]() |
| Mi mejor medicina, tú. |
![]() |
| También me gustado Leuzemia, y me ha dado curiosidad tu libro, lo leeré. |


Comentarios
Publicar un comentario
No te olvides compartir :) ¡Saludos!