PAYASITA

Soy una payasita.

- ¡Qué linda payasita!

¿Me das caramelos?

Mi mami me ha pintado la carita, me puso mi gorrita y este bonito disfraz. No entiendo ahora muy bien lo que pasa, pero he visto a muchos niños con ropas raras. Mi mamá dice que podemos salir a la calle a pedir caramelos, creo que se refiere a esas cositas pequeñas que son muy ricas y dulces. ¡Qué bonita estoy! Mi mami dice que soy una payasita muy bonita, me gusta mucho mi nueva ropa. 

Estamos caminando por la calle ahora, tengo algo que, dice mi mamá, es una calabaza, y a cada tienda con las que nos topamos me dice que les pida caramelos; unas personas muy amables me sonríen y me dan mi caramelo, otras señoritas corren a abrazarme y darme un beso, muchos me miran, seguro porque soy muy bonita. 

Soy una payasita muy bonita, eso me dice mi mami y las personas que me dan mis dulces.

¡Un parque!

Hay muchas personas, y niños con disfraces, al parecer ya han pedido a todos caramelos, ¿habrán dejado algunas para mí? Mi mami siempre me ha dicho que no me coma todos los dulces porque tengo que compartir con mis hermanitos y con los que también quieren. Ojalá mi mami les haya enseñado a los niños de acá que tienen que compartir. Muchos me miran y se ríen, jé, creo que está bien, soy una payasita y las payasitas hacemos reír. Les pido caramelos y me dan. Mi mami sí les enseñó a los niños que deben compartir. Hay un grupo de personas con zapatos raros. Le pregunto a mi mami qué son esos, y me dicen que son patines. Parece divertido. Mi mami me dice para ir en esa dirección para poder verlo de cerca, y todos voltean a mirarme, el que dio la alarma fue un chico que estaba sentado mirando a todo el mundo y detuvo su mirada en mí, y me dijo, ¡qué payasita tan linda! Me dijo 'linda'. Yo le digo que soy una payasita bonita, y él me dijo que bonita no bastaba, que linda combinaba conmigo. Mi mami se ha reído de lo que conversamos el chico y yo. Luego escuché que el chico me quería comprar. ¡Qué grosero! Mejor que compre caramelos para que me dé. Le pedí caramelos, se paró rápidamente sobre sus zapatos con llantas, le dijo algo a mi mami y se fue. Apenas tengo cuatro años y un chico ya me deja plantada. Le miro a los ojos a mi mami y me dice que espere un rato. Quiero irme de aquí, el chico acaba de hacerme sentir triste. Recuerdo su cara pintada de blanco y negro, y creo que tenía la boca y parte de la cara pintada de azul, así como mi nariz, ¿o rojo? Ya me olvidé el nombre de los colores, ¡y me los había aprendido todos! No merezco mi 'A' en el jardín, ¡ay! Un momento, el chico está regresando, ¡me ha traído los caramelos que le pedí! Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias. Me dice que me dará el primer caramelo si le doy la mano, ¡qué fácil! Me dice que me dará el segundo caramelo si le doy un abrazo, ¡siento como si fuera mi papi! Me dice que me dará el tercer caramelo si le digo cuánto años tengo, ¡tengo cuatro y se lo digo con mis dedos! Me dice que me dará el cuarto caramelo si le digo mi nombre, ¡Anita! Me dice que me dará el último y quinto caramelo si me dejo besar la frente... Se siente extrañamente bien. Una chica con zapatos como los de mi amigo se ha acercado a nosotros, se ha sentado al costado de mi amigo, me dice que soy muy bonita, ella no entiende que soy linda, y mi amigo le está explicando que soy linda y no bonita. Ahora que lo pienso, ella también es linda, y ese disfraz que lleva le queda bien, si no fuera una payasita tal vez sería una gatita como ella, aunque no negra, sino... ¡verde! Me gusta el verde, aunque no estoy muy segura de si es el nombre del color al que me refiero. Mi amigo le ha dado un caramelo a la chica, y le ha dado un beso en la cara, se están riendo. Mi mami dice que ya es hora de irnos, no quisiera irme, ya tengo sueño, y mi amigo me dice que me cuide, y que soy una payasita hermosa. ¿Hermosa?, pregunto. Sí, hermosa; ser hermosa es mejor que linda. Salto de alegría y le miro a mi mami, y ella me hace 'sí' con la cabeza, y estoy feliz. 

Adiós, octubre, gracias por acabarte.