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Mostrando entradas de diciembre, 2015

KATHERINE

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Katherine Paola Arteaga Visitación, Katy, Kat, mañosa, rockera loca, cabeza de pollo, bonita, ¿hola? ¡Cómo has cambiado, pelona!  Te cuento algo, estoy pensando en ti y no tengo idea de por qué, ¿será que estoy melancólico? La nostalgia de la soledad de un miércoles 30 de diciembre por la mañana al despertar hizo que recordara a mis viejos amigos, a los que más quise, a los que perdí. Hoy te escribo a ti, hoy te recuerdo a ti, y con el ardor inmenso que siento en el corazón, deseo con todas mis fuerzas que ojalá estuvieras acá.  ¿Por dónde empezar? Desde el año pasado que no te he visto, desde hace mucho que te he perdido de vista, ¿estarás bien? ¿Ya te casaste? ¿Ya tienes hijos? Yo sigo solo, pensé que había encontrado el amor, y lo creí tanto que terminé aferrándome a esa idea, no quise soltarlo, y creo que aún no lo he hecho, pues a causa de eso eché a perder algo bonito que se estaba formando, pero, claro, yo no pierdo la costumbre así no más, ya la cagué, muy a...

HAGAMOS EL RIDÍCULO

- Siempre cuando cruces la pista debes de tener cuidado, pero cuando lo cruces conmigo, solo hazme caso.- - ¡Pero tú estás loco! ¡Cómo te voy a hacer caso!- - Carambas, solo que así hay más emoción. Ven, dame la mano. A la una...- - José, estás loco. ¡Pero avísame! Porque tú solo me jalas. - A las dos...- Y la jalé sin contar el tres. Ella gritó y rió. Me gusta su risa de miedo, se pone las manos en la cara y ríe, ríe, es divertido verla así.  - Siempre que cruces la pista mira a la derecha y a la izquierda... de los ojos, arriba. Y del pecho, pa'lante ¿qué dice?- - ¡Azúcar!- - Ya me dieron ganas de bailar. ¿Bailas?- - No mucho, no sé bailar.- - Yo tampoco, hagamos el ridículo.- La tomé de la mano, puse mi otra mano en su cintura, la miré a los ojos y le dije, baila conmigo, chica de los helados de lúcuma. Y le di vuelta, la apegué hacia mí, movimos los pies un poco para atrás, un poco adelante, le di otra vuelta, hice que me diera la vuelta, y nos reímos por...

LAS MUJERES Y SU SEXTO SENTIDO

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Jhazmín es una chica sorprendente, ha leído bastantes libros, más de los que yo he leído; tiene una facilidad increíble de grabarse párrafos de los que terminan gustándole, sufre de algunos miedos sin sentido, le encanta la película chilena 'Qué pena tu vida' y muere con las canciones de Leuzemia. - Tú tienes algo... - Me dice, entrecerrando los ojos. Su color favorito es el rojo, y siempre la he visto con algo rojo, un polo rojo, un pantalón rojo, aretes rojos, cartera roja, zapatillas rojas, ¡cualquier cosa como mínimo de rojo! Una vez cruzamos un puente en la Colonial con Universitaria, pasamos por arriba, a mí me fascina ese puente, y ella empezó a agarrarme con fuerza el brazo, y empezó a balbucear que en cualquier momento se cae el puente, tanto así que terminó echándole la culpa a la municipalidad, su ineficiencia y cosas así. Yo solo la consolaba, no seas mongola, le decía. En su celular tiene todas las canciones de Leuzemia, un grupo de rock peruano, su canción fa...

¿TUS SUEÑOS, MORENA?

No podía evitar corregirte ese 'haiga'. Esa palabra no existe, en realidad es 'haya'. Los dos hacemos cosas, y a cada uno nos afecta como uno lo recibe.  Todos los días hasta que el sol se ponía, en aquellos tiempos, nos ensuciábamos de amor de arriba a abajo. Esos días que desperdiciábamos de forma tan absurda son difíciles de olvidar. Soy un soñador, pero así es como soy yo. Cuando el viento sopla por la mañana, incluso si estamos lejos el uno del otro, nadie nos culpará por habernos amado. Apuesto que hubo algún día en que creímos que nos habíamos equivocado con nuestros sueños, pero para ese entonces ya era demasiado tarde para nosotros, o tal vez para mí, ya se había cruzado aquel inmenso mar. Siempre lo supimos, el miedo que habitaba en nuestros corazones... Incluso si dejábamos este barco y acabábamos en un mundo diferente, al final sabíamos que seríamos capaces de sonreír.  Ya sabes que las cosas se me dan mejor si las escribo. Ojalá hubiese podido escribir...

FELIZ NAVIDAD

Me gustaría que a veces algunas cosas fueran un tanto diferentes, por ejemplo, la compañía de mi viejo amigo, mi padre. Lo extraño, ciertamente, era el único sujeto en el mundo que me traía algo, un regalo por navidad. Desde que se fue no he recibido regalos... ni he vuelto a celebrar nada. Alguna vez pensé con mucha ilusión que aquel día sería diferente, pues tenía a alguien conmigo, alguien especial, alguien que se acordaría de mí de manera muy especial, pero no fue así, y me dolió mucho. Ya sé que tengo a mi familia, y cierto es que me quieren mucho, y también que aprecio todo lo que hacen por mí, solo que... solo que cuando es de alguna parte donde no imaginabas nada es más especial, es otra cosa, tener a una persona que te quiere. No sé si me entenderán, pero, bueno, yo soy así, medio mongol. De todas maneras, hoy es un día normal como cualquier otro, no es especial ni por ser navidad ni mi cumpleaños, ni nada por el estilo. Cierto es que no estoy feliz ni con mucho humor como ot...

NO CAMBIARÁS NUNCA, VIEJO NECIO

Me pregunto si debería decirle, si debería saberlo, si no la estoy como mintiendo. Ella es muy tierna, me dice cosas directas, propias de sus veintitrés años, es centrada y sabe lo que quiere, y aún así yo creo que debería saber cuánto la pienso a ella, a Jhoselin, mientras estoy con ella. Esto es perverso, soy de lo peor, pero le juraría con la mano en el corazón que he tratado de desmedir el amor que siento por ella, por Jhazmín, he tratado de atribuirle imposibles, he resaltado increíbles diferencias de entre ellas dos y aún así, sabiendo que Jhazmín me quiere, tal vez mejor, sigo pensando en aquel demonio, en la niña mala... No sé qué me hizo, esto ya es enfermo, y es que ni golpeándome la cabeza he podido sacarla de ahí, es un parásito. Cierro los ojos y distingo la sonrisa de Jhoselin de entre tantas sonrisas, su olor de entre tanta gente, su voz aún cuando me pierdo en el interior de la historia de un libro, siento sus ojos posarse en mí y me desequilibra la vida, me devuelve a...

DOS HISTORIAS EN UNA

El ambiente era el adecuado, había luna llena y su luz, junto con las ráfagas de aire, daban a su espalda. La miré con espanto, di unos pasos atrás. Ella levantó la mirada por completo, sus ojos eran rojos y de su cuerpo brotaba un aire del mismo color. Sonrió y me dijo, en luna llena es cuando la sangre empieza a hervir. Me di cuenta, entonces, que la muerte había tomado forma y estaba dispuesto a tomar lo que hasta ese momento me pertenecía, mi vida. Soñé que sus ojos marrones se introducían dentro de mí, su mirada viajaba por entre mis venas, abriéndose paso ante todo, recorriendo el sistema circulatorio, llegando a toparse con las redes de mi mente. Desistió arreglar el problema de golpe, pensó su movimiento y dijo que paso por paso, arreglemos el problema desde acá, y se acercó a las arterias que rodeaban mi corazón. Un beso para sellar las cicatrices, una lamida para quitarle la sangre, un te quiero para cubrir las grietas, y paciencia hasta esperar que sane. Y de pronto...

JHAZMÍN

Ella tiene el olor de los jazmines impregnado en su piel,  y el sabor de sus labios tienen una miel exquisita que no quieres dejar de probar. Lleva el cabello hasta el hombro,  y sus ojos son del marrón más claro que pueda existir.  Ella ignora que le estoy escribiendo un poema, ella ignora que pienso en ella, ella solo sabe que me gusta el plátano, el panetón, el chocolate, los libros y que soy un mal contador de chistes. Era un martes 8 del mes de diciembre, una tarde sin luces como los otros días, sentado cerca del riel del tren, leía mi libro, sumergido en ese mundo, cuando la veo sentarse en otra mesa, una cerca y en frente mío, llevaba lentes y una cola amarrada en su cabeza, cruzó las piernas y cruzaron nuestras miradas. Hice un hola con una mano, ella correspondió. ¿Y ahora qué hago? pensé, nunca he llegado tan lejos. Llevaba un extraño libro entre sus manos, Persuasión, de Jane Austen, le pregunté sobre ese libro y llegó a interesarme, se...

¡QUÉ DÍA!

No tengo ganas de grabar nada, pero sí quiero escribir algo, necesito hacerlo, tengo que desahogar mi mente. Hoy, mejor dicho, ayer, como que di un paso increíblemente largo y raro, y después metí la pata en otro asunto, y como que fue un día medio atormentado.  Viernes por la mañana, despierto temprano, busco mi short, mis zapatillas que utilizo para todo a todo momento (salir, ir a reuniones, ir a la universidad, correr, caminar, jugar partido), me pongo un polo suelto y mi infaltable chuyo. Llego a la universidad, increíblemente no han tomado el lugar los alumnos de la revoltosa facultad de Eléctrica y Electrónica, hay veces que me gustaría ser de otra facultad, pero amo mi carrera y pienso, bueno, ya qué. Me reúno con mis amigos y esperamos a un par más que lleguen para ir a jugar partido hasta que abran la puerta de la universidad y nos permitan votar pacíficamente. Mientras esperábamos, uno de mis amigos me dice, mira, Chan, ahí está Lucy. No la conocía, Lucy era una ley...

CAMBIO DE FRECUENCIA

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Hay momentos en que... no sé, llego y pienso que todo va a salir bien, y me pongo a mirar el cielo, miro las nubes, les doy forma, y vivo en esa realidad creada por mí. Las personas caminan a mi al rededor sin siquiera mirarme, no se dan cuenta que estoy aquí. ¿Seré invisible? Una niña come su helado, es muy bella, su cabello es ondulado, y lleva unos zapatos con luces... ¡Apuesto a que chillan! Helados... A mí me gustan de chocolate. Escucho el sonido de una guitarra mientras escribo. Yo tengo una guitarra, no sé tocarla. ¿Por qué la tengo? No es suficiente... nada es suficiente...  Nadie acepta las cosas como tal.  Una vez, hace mucho tiempo, pensé en Dios, era de noche, muchas personas habían corrido a la pista que cruzaba el cementerio, y a la mitad de todo, en medio de la oscuridad, había una mujer muerta, descuartizada... Fue el primer muerto que vi, sus ojos abiertos en dirección a mí, mirándome, su boca semiabierta, sangre saliendo de su nariz, y desnuda, sin br...

HOLA, OTRA VEZ.

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Ella es hermosa y se lo digo todos los días. Cuando se lo digo ella no cree en mí, pero es porque ella no puede verse de la misma forma en que yo la veo. ¿Has notado cómo te miro? Yo no me puedo ver, pero puedo presentir la cara que pongo. Es que me tienes en tus manos, niña. ¿Puedo abrazarte? Cuando lo hacía cerraba los ojos y respiraba hondo, me concentraba en el latir de tu corazón, en el sonar de tu respiración, en el olor de tu cabello, ese champú que me hiciste comprar el día que nos bañamos juntos. Si te tuviera conmigo ahora, apoyaría mi cabeza sobre tu pecho, y haría como Pinina cuando reclama una caricia. Ahora estoy sentado frente a mi ventana, veo el cielo y sus nubes, el sol ocultarse casi al final de la vida, escucho el motor de los carros en la Avenida Colonial, y perdido en el sin fin de mis recuerdos, te encontré a ti como una flor de azucena que ha florecido en medio de la nada, y me acerqué a ella, la olí, y me recosté, mis ojos a la altura de su majestuosidad, la s...

CANTAR

A veces me dan ganas de cantar, y lo hago con todas mis fuerzas. Canto... canto... ¡canto! Tanto es mi éxtasis, que hasta busco mi celular, ubico el aplicativo, y le doy en 'recorder', y vuelvo a la carga. Canto... canto... ¡canto! No solo una, ni dos canciones, sino todas las que me recuerde ese momento. Canto las canciones en inglés, en japonés, en español y hasta en el idioma que no tengo idea de cómo se llame, pero canto, tarareando, laraleando, pompomponeando y hasta finjo no solo ser el cantante, sino también el baterista, el guitarrero y el Dj, y disfruto del acto de cantar, de vivir, de sentir, y por algún motivo, no tengo oídos para escuchar mi voz, los gallos, los gritos desafinados, los rompe - vidrios, los levanta muertos; solo escucho el latir de mi corazón y el ritmo de la canción que me indican por dónde ir, qué entonación darle, cuánto drama o cuánta alegría, qué sentimiento se expresa, qué vida se cuenta, qué sueño se anhela, SOLO CANTO. Cantar es cantar a...

MANUAL PARA ENTENDER A ESA VIEJA HERMOSA

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* Le encantan las naranjas. (O le encantaban (?)) Yo le invito siempre una naranja partida en cuatro. Cuando sea presidente le compraré un bosque de naranjas para ella sola. * Le gustan los fideos, tallarines en especial. Una vez le cociné unos macarrones que le gustaron mucho. * Es medio ciega. * Me encanta besarle la frente.  * Escucha Arctic Monkeys.  * Siempre quiere sentarse en el lado de la ventana en el carro. * No olvides tomarle de la mano al bajar del carro, ni tampoco cederle el paso. * Le gusta que sean caballeros con ella. * Usa la mano derecha para escribir.  * Tiene una boca grande. * Sus dedos se parecen a los míos, pero los de ella son más redondos. * Tiene ojos pequeños, creo color de miel, y es muy hermosa sin los lentes. ¡Más! * Antes comía muchas manzanas, no sabe por qué dejó de comerlas. * Cuando le hablo serio mira a otro lado.  * No está segura de si lo quiere o no o si tiene la fortaleza para soportarlo. * Es muj...