NO TE PREOCUPES.

¡Qué ganas las mías de abrirme el pecho y hurgar muy en el fondo de los recuerdos! Pero lo voy a ignorar todo, como he venido haciéndolo todo este tiempo... Está todo normal, la marea a bajado, he vuelto a tirar el ancla en medio del océano con la esperanza de quedarme ahí por muy buen rato, hasta que alguien me vuelva a dar una nueva brújula y poder orientarme hacia qué dirección ir, porque la que tenía se ha roto. A veces me asalta el sentimiento de necesidad, la angustia de sentirla mal, como buscando un apoyo que no encuentra y no hace nada más que pensar en mí, que dónde estoy, que por qué no estoy a su lado, que necesita un poco de mi fuerza para poder seguir, que le había prometido estar a su lado y no lo he cumplido... Lo siento, de verdad lo siento. Me gustaría poder ayudarte, pero es como si no te soportara, como si fueras yo, mi imagen en ti, y con el pasar del tiempo como que he llegado a odiarme, por tonto, por inmaduro, por no saber escuchar ni ser paciente, por no poder haber logrado darte la confianza que se requiere para esto, para el amor. No es mi talento, el amor, no lo es. Tú bien sabes que llevo bastante tiempo buscando un talento propio, pero ya no sé cocinar bien, si probaras otra vez mis macarrones ya no te gustarían; no sé cantar, no sé tocar la guitarra, no sé saltar la soga, no sé tejer, no sé silbar fuerte, no sé bailar, no sé nada. Te pienso, solo sé eso, pensarte a todo momento, cuando como, cuando duermo, cuando estudio, cuando camino, todo el tiempo, ¿sabes? TODO EL TIEMPO. Me preguntas que cómo estoy, pues no estoy bien, pero tampoco estoy mal, no sé cómo me siento, he perdido la orientación, ya ni si quiera me fijo en qué día estamos, ni la fecha ni la hora: solo llevo la cuenta de cuántas veces te cruzas en mi pensamiento, y por ratos creo imaginar que tú sueles hacer lo mismo... Tonterías mías, ese niño interior que me dice a gritos, ¡No te preocupes, juega, salta, diviértete, que ella aún te piensa! Optimista el niño... Por ratos veo parejas por la calle, besándose, abrazándose, tomados de la mano, y me pregunto por qué no estás conmigo, por qué terminamos así, por qué no pudo ser diferente, que de verdad te quería; pero luego cambio de frecuencia, desactivo el modo enamorado y soy una isla en ese inmenso mar, un gigantesco y basto mar azul que se confunde a lo lejos con el cielo y parece continuar su dominio por encima de mí, y veo las nubes blancas y el terrible sol amarillo y la brisa golpea suave las velas, provocando una pequeña onda marina, una que me saca de mi inercia, y me devuelve a ti. Y mis días son esos, en la espera de algo que haga virar a babor, ir a popa y pararme en el mástil del barco, usar las manos como binoculares y jugar a ser el capitán de este barco pirata.

Te extraño y solo quiero poder verte una vez más, recuperar esas ansias de continuar y no quedarme atascado, porque eso eras tú, mi motivación, mi razón. Sin ti no tengo nada, ya nada queda, solo unos sueños frustrados, unas esperanzas que se desvanecen. 

Oh, mierda, estoy pensando estupideces de nuevo. 

Adiós, y que te vaya bien, no olvides tomar agua antes de dormir, no olvides que te amo, no... ¡Déjate de joder! Habíamos quedado en que no pensarías más en esas cosas, regresa a ese lugar que hemos creado, no te hagas esto. Si ha de ser, así va a ser. Tiempo, paciencia, voluntad, dedicación, coraje, honor, valentía, solidaridad, respeto; eso necesitamos. Tú puedes, man, tú puedes, solo necesitamos esperar, los dos la queremos, todos nosotros la adoramos, pero debemos salvarte. Dale, cierra los ojos, te cuidaremos, y no te preocupes, haremos guardia para ella también, sus sueños no deben ser interrumpidos, y si tiene pesadillas, la arrullaremos para calmarla, y si tiene frío, la abrigaremos con la frazada, y si por algún motivo llora, lameremos sus lágrimas, la protegeremos, nosotros nos encargamos, tú ocúpate de ti, ¿de acuerdo? Ella no está sola, ella nos tiene a nosotros.

Gracias.